El vancouversimo es casi una filosofía urbana. Es la idea de planificar y ejecutar la ciudad haciendo grandes torres separadas por edificios bajos. Aceras vivas con mucha gente y movimiento en los pequeños negocios a píe de calle. Todo ello con grandes zonas verdes cercanas a esa ciudad densa, que permita conectarse con la exuberante naturaleza de las montañas, los árboles, los lagos, el río y el mar.
La puerta Pacífica de Canadá
A eso se suma un sistema de transporte basado en varias líneas de metro principalmente elevadas en las afueras y subterráneo allí donde la densidad es mayor. Un seabus y buses que están integrados con una sola tarjeta (Aunque no si sales del Gran Vancouver como se aprende de mala manera cuando uno viaja a Abostford).
Naturaleza al alcance de la mano, densidad en altura (pero no demasiada al estilo New York o Chicago), calles para la gente con muchas tiendas y transporte público integrado son los secretos de esta mezcla. Esa cosa tan vancouverísima de poder tener un parque y estar en medio del bosque a 15 ó 20 minutos de caminata hacen mucho la diferencia para mantener la cabeza tranquila.
Esta ciudad atrae, hace ya un siglo, gente de medio mundo y en particular asiáticos. Es así que 1 de cada 5 habitantes del Gran Vancouver son del Este de Asia (Chinos, Hongkoneses, Japoneses, Coreanos o Mongoles). Uno de cada 10 del Sureste de Asia (Indios, Paquistaníes o personas de Bangladesh), y 1 de cada 20 son del Sureste asiático (Filipinos, Vietnamitas, Tailandeses e Indonesios principalmente). Este atractivo indudable de la ciudad ha creado una presión muy grande en la vivienda, que para muchos de estos migrantes se constituyó en la forma de invertir sus ahorros.
La larga sombra de la potente luz
Aquí empiezan los oscuros, el aumento de los precios de las viviendas que trajo consigo una ciudad vibrante y atractiva que es considerada uno de los mejores lugares para vivir del mundo, ha significado una presión muy grande para sus habitantes. Los que ya estaban y los atraídos por ese magnetismo especial, en definitiva, conseguir vivienda es una pesadilla.
Esta crisis de viviendas, dejaba 3.651 personas sin hogar en Metro Vancouver entre 2020 y 2021 y la impresionante cifra de 9.000 personas viviendo en la calle, en vehículos o en refugios. A ello se suma la manera como Canadá y especialmente la provincia de British Columbia han enfrentado la tenencia y porte de drogas, aún drogas duras. Esta libertad se refleja en las cifras de personas viviendo en la calle asociadas a abuso de drogas principalmente en Vancouver, Surrey y Langley.
Una ciudad maravillosa y brillante!, con su estilo de vida reconocido en todo el mundo, esa ciudad en la que vivimos y a la que queremos, tiene también tras esa luz magnifica, largas sombras. Una comunidad latina, (que según el censo del 2021 ya sumaba 65 mil almas en BC) integrada, trabajadora y unida a sus vecindarios es una manera de darle luz, ritmo y amor a una ciudad que tiene su verdadero encanto en su diversidad inagotable.